El Samaín es una festividad que se celebra desde hace más de tres mil años por los pueblos celtas que han poblado toda Europa desde antes del cristianismo. Lo que los americanos nos han vendido como Halloween (se creen que lo han inventado todo) lo celebraban nuestros antepasados por dos motivos especialmente.
Pero, antes de conocerlos, debemos de saber que, en el año celta, había 13 meses en lugar de doce y el año se de dividía en dos mitades, la oscura que comenzaba con los Samonios (octubre /noviembre), y la clara Giamonios ( abril-mayo). El año nuevo comenzaba en la mitad oscura, ese era uno de los motivos de la celebración. Era el fin de la cosecha y agradecían a los Dioses todo lo recogido. El ciclo terminaba y se preparaban para los días oscuros.
El segundo motivo, consistía en una comunión con los espíritus de los difuntos que, en esta fecha, tenían autorización para caminar entre los vivos incluso, se les hacía hueco en las mesas y se abrían las ventanas para dejarles pasar. La noche del 31 al 1 de noviembre se consideraba (que no siempre coinciden las lunas con estas fechas exactas) que al estar en medio de los dos ciclos, las leyes de la naturaleza quedaban suspendidas siendo el paso del mundo de los muertos al de los vivos muy fino.
Esto traía cosas buenas y malas. Por una parte, podían contactar con sus seres queridos muertos y, por otra parte, esa delgada línea también dejaba pasar seres malignos. Las hadas se dejaban ver para tomar a los hombres como sus esposos y llevarlos a su dimensión para siempre.
Se celebraba un gran convite con una gran cantidad de carne asada que procedía de los animales que se sacrificaban. ya que se pensaba que no podrían pasar el invierno y se mataban en esos días llenando la tierra de sangre.
El druida se llenaba de pieles y se pintaba para hablar con los espíritus. Se encendían velas que se metían en nabos (no en calabazas) para alejar los malos espíritus.
Además, para mantener a los espíritus contentos y alejar a los malos de sus hogares, dejaban comida fuera, una tradición que evolucionó convirtiéndose en lo que hoy hacen los niños yendo de casa en casa pidiendo dulces.
Toda esta tradición milenaria de origen pagano quedó sepultada por el sometimiento de los pueblos al cristianismo. El samaín pasó a convertirse en el Día de Todos los Santos (Halloween). Así que podemos celebrar con toda tranquilidad esta celebración porque es nuestra…………………………………………..
Tras haber aprendido que lo que hoy conocemos por Halloween o por el Día de Todos los Santos tiene sus orígenes en nuestra tierra mucho tiempo antes. Por ello, debemos celebrar estas fiestas como nuestros antepasados, mantener así las costumbres y transmitirlas de generación en generación.